Sin duda alguna la innovación y el emprendimiento son motores fundamentales para el desarrollo de nuestra economía. No obstante, este desarrollo en algunas ocasiones puede verse limitado por barreras de carácter regulatorio que impiden que nuevos productos o servicios puedan salir al mercado.

Los reguladores de distintas latitudes son conscientes de esto, y por ello, en países como Inglaterra pionero en la implementación de esta figura, se han creado “sandbox regulatorios” en el sector financiero, como un instrumento que permite a los distintos actores presentar propuestas innovadoras, que bajo supervisión del regulador pueden salir al mercado, probarlos en el mundo real durante un tiempo determinado, y allí definir la conveniencia o no del producto, y la regulación aplicable, logrando dos objetivos simultáneamente, el desarrollo del sector financiero, y la protección de los consumidores financieros.

Esta nueva forma de entender la regulación no debe ser un “lujo” exclusivo del sector financiero, y es por ello por lo que distintas entidades vienen trabajando en proyectos de diseño regulatorio para todos los sectores de la economía, en donde se apalanque la innovación y el emprendimiento, testeando los productos y servicios que cuentan con limitaciones regulatorias, en escenarios de prueba controlaos.

Uno de estos proyectos es el de Zonas Transitorias de Regulación, en el cual vienen trabajando mancomunadamente el Centro de Estudios Regulatorios y Ruta N, con el propósito de lograr que en zonas determinadas de distintas ciudades se puedan desarrollar proyectos con dificultades regulatorias bajo supervisión del regulador específico, adaptándose rápidamente a las necesidades reales de la sociedad actual, lo cual puede generar excepciones y beneficios con normas laborales, tributarias, o propias de los distintos sectores económicos en los cuales se pretende desarrollar el proyecto.

Entre los beneficios que ofrece una Zona Transitoria de Regulación se pueden señalar los siguientes:

  • Logra la confluencia de actores como empresas, emprendimientos, aceleradoras, centros de investigación, desarrollo e innovación, centros de entrenamiento, servicios profesionales, alternativas de financiamiento, incubadoras de empresas, entre otros.
  • Promueve la competitividad y la cultura de la innovación.
  • Propicia el flujo de conocimiento y tecnología entre universidades, instituciones de investigación, empresas y mercados.
  • Estimula la creación y el crecimiento de empresas de base tecnológica mediante mecanismos de incubación.
  • Estimula el desarrollo de proyectos de innovación que no cuenten con un respaldo normativo dentro el país.
  • Impulsa la generación de empleo.
  • Propicia una dinámica de renovación urbana que mejora la calidad de vida de los ciudadanos.
  • Es una plataforma para promover industrias intensivas en tecnología y conocimiento.
  • Concentra geográficamente los esfuerzos alrededor de un proyecto de innovación específico para obtener resultados concretos y tangibles.

Conclusión

La ciencia, la tecnología y la innovación tendrán un espacio donde se puedan desarrollar de manera más efectiva. Asimismo, éste será un espacio en el cual podrán confluir diferentes sectores de la sociedad: académico, productivo, estatal, privado; con el objetivo común de incrementar la competitividad, generar bienestar y riqueza social mediante la apropiación social de la ciencia y la tecnología y el desarrollo de proyectos de innovación.

Ahora, la pregunta de cómo gobernar frente al rápido desarrollo tecnológico será una pregunta que quizás se pueda responder dentro de estas zonas. La ventaja que tendría la creación de estas es su enfoque hacia las normas que aplican a cierto sector o actividad de la economía. En una Zona Transitoria de Regulación se aplicaría la normatividad particular para cada actividad económica de acuerdo con las necesidades de ésta. Así, luego de identificar cuáles son las barreras normativas que impiden a alguna empresa, negocio o proyecto de innovación desarrollarse de manera más efectiva, esta zona contará con la infraestructura suficiente para ofrecer un marco jurídico especial y adecuado que promueva estas actividades y derrumbe las barreras que tradicionalmente se imponen a las mismas.

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