Solidaridad en tiempo de crisis

Sin duda alguna estamos pasando por uno de los momentos más difíciles de las últimas décadas. La economía global está en crisis, la volatilidad de las bolsas mundiales no disminuye y la incertidumbre en los mercados crece. Los sistemas de salud alrededor del mundo están enfrentando un reto histórico y complejo; en poco tiempo la demanda de atención en salud superó la oferta de servicios hospitalarios y el virus llevó a los países a un estado de zozobra difícil de mitigar.

En tiempos de crisis el temor parece inevitable, los medios de comunicación bombardean información y el tiempo para tramitarla se hace cada vez más reducido. La necesidad de conexión que tanto hemos demandado hoy resulta casi abrumadora. Las personas temen frente a un riesgo que parece bastante latente – el contagio – pero también temen por una eventual escases de bienes y servicios y una economía paralizada.

Sin embargo, ante el temor, también reaccionamos. En situaciones como estas afloran conductas sociales, a veces algo reprimidas, y que deberían ser propias de nuestra cotidianidad. Comportamientos solidarios y que apelan al respeto por el otro y por su condición se muestran más frecuentes y se convierten en un llamado que la sociedad se hace a sí misma para salirle adelante a la crisis.

Por ello, desde el Centro de Estudios Regulatorios, consientes de nuestro rol en la sociedad, y con la convicción de que, en conjunto, con una participación activa y responsable, podremos superar este momento, queremos compartir y poner en consideración de los Estados, las empresas y la ciudanía en general algunas propuestas, entendiendo que es relevante evaluar el alcance e impacto de cada una de ellas y procurando una adopción racional, progresiva y proporcional.

Estados

  • Disminuir de cargas prestacionales a las PYMES para garantizar su subsistencia y sostenibilidad en la generación de empleos y movilización de la economía.
  • Reducir temporalmente las cotizaciones a los sistemas de seguridad social o diferir el pago de dichos aportes, privilegiando trabajadores autónomos o independientes.
  • Aplazar o diferir de fechas de impuestos a las empresas y personas naturales.
  • No gravar bajo ningún concepto las pólizas de salud, planes complementarios o instrumentos de financiación y mutualidad similares.
  • Procurar el equilibrio económico de los contratos en las relaciones entre el Estado y los particulares.
  • Que se permitan y faciliten herramientas o instrumentos no presenciales para que continúen las actividades judiciales sin necesidad de participación presencial de las partes.
  • Aplicar herramientas legislativas, normativas y en general regulatorias, con una transición y plazo de adaptación en el vento en que las mismas conlleven a un gran impacto social, político y económico.
  • Levantar el IVA de bienes de primera necesidad.
  • Considerar el pago de cánones de arrendamiento congelando el incremento de los mismos.
  • Tomar medidas respecto créditos hipotecarios atados a índices macroeconómicos para evitar los efectos.
  • Suspender, refinanciar y/o subsidiar pagos de créditos o reducir tasas de intereses en créditos de consumo.
  • Financiar la reducción de horas de trabajo.
  • Simplificar los trámites presenciales, digitalización y medios remotos de interacción con el Estado y con los particulares, como los formularios de conocimiento de clientes en el sector asegurador y financiero, o la facturación electrónica.
  • Garantizar a toda la población los servicios básicos domiciliarios.
  • En general, cualquier medida que permita flexibilizar marcos regulatorios en tiempos de crisis, diseñando normas y políticas públicas desde las incertidumbres y necesidades de la sociedad.

Empresas

Lo principal que podemos demandar del sector privado es que evite el acaparamiento y el sobre costo en productos de primera necesidad, garantizando su producción, y distribución. Así mismo, que procure conservar sus puestos de empleo y garantizar el pago de salarios a sus colaboradores; hacer un esfuerzo financiero en estos momentos puede resultar determinante en la vida y el bienestar de muchas personas. El esfuerzo debe ser por parte de todos.
De igual forma, todas las empresas, desde su objeto social y en el marco de la autorregulación, pueden hacer grandes aportes, por ejemplo:
  • Asegurador: En la medida de lo posible, cubrir los casos derivados de la pandemia, así se encuentren expresamente excluidos en sus condicionados.
  • Internet: ampliar temporalmente los consumos y anchos de banda.
  • Entidades financieras: suspender o refinanciar de créditos, con baja de tasas de interés.
  • Sector trasportes y turismo: facilitar cancelaciones, y modificaciones de reserva sin penalidad alguna, o cobro adicional por cambio de tarifa.

Personas naturales

  • En la medida de lo posible, cumplir con los pagos a las personas que habitualmente nos prestan servicios, bien sea clases particulares, servicio doméstico, transporte, jardinería, etc., incluso si dicha prestación se encuentra suspendida en forma temporal.
  • Ayudemos a quienes más lo necesitan, especialmente en este momento, a los mayores, evitando en la medida de lo posible que tengan que salir a hacer diligencias.
  • Compremos local en la medida de lo posible, y a pequeños y medianos comerciantes.
  • No compremos más de lo necesario, no acaparemos.
  • Si tenemos algo que otros necesitan, y no lo podemos regalar, vendámoslo por el precio justo.
  • Cuidémonos, el cuidado individual es indispensable si queremos un cuidado colectivo.
  • Mantengamos la calma, esta es fundamental en tiempos de crisis.
Estas acciones propuestas, muchas ya vistas en algunos países, otras en redes sociales, y otras que consideramos oportunas para el momento, parten de la sana lógica, y el cuidado de nosotros mismos y del otro, promoviendo la solidaridad, la empatía y la resiliencia, tan necesarias en este momento de crisis.
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